Las fiestas de Todos los Santos y Difuntos son, en sus raíces, como la mayoría, fiestas de cambio de estación. En este caso  son otoñales y nos  anuncian la inminente proximidad del invierno. Son  festividades que aparecen en la mayoría de las culturas. La tierra, símbolo femenino, aparece árida en esta época del año, pero después de recibir la semilla, símbolo masculino, esta tierra se vuelve esperanza. Estas fiestas representan un reencuentro entre el mundo de los muertos (tierra árida) y el mundo de los vivos (la vida).

 El Día de Todos los Santos en Murcia, tiene un componente religioso, característico en los pueblos y ciudades españolas. Los murcianos acuden a los cementerios a honrar a sus difuntos, el arreglo de las tumbas, nichos y panteones, se complementa con el ornamento floral. Las distintas flores típicas de estas fechas, claveles, crisantemos, dalias,etc. son adquiridas en distintos mercados.

En el Malecón y su entorno,  se celebran especialmente. La “Plaza de las Flores” debe su nombre a esta tradición de floristas iniciada el año 1894. En esta plaza y en la vecina plaza de Sta Catalina  los puestos de flores dan color y alegría  y su sentido se convierte en una paradoja que refleja  las contradicciones propias de la vida al darle vida a la muerte.

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